El Siatema es una ESTAFA

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El modelo político-económico, el llamado modelo europeo, que Obama empezó a imponer en USA y al que se ha opuesto con coraje el Tea Party, es una estafa que hace inviable a las sociedades y que plantea, sin cambios radicales, una crisis humanitaria, en el inmediato futuro, de gravísimas dimensiones. Ese sistema socialista nunca ha funcionado, siempre se ha financiado mediante deuda, incrementando funcionariado y clase política degenerada en casta parasitaria.
Esa falsa utopía práctica de sanidad y educación estatales, de cultura de la subvención, de expoliaciones y repartos de dinero del contribuyente ha entrado en colapso, ha llegado a sus últimas contradicciones y lo más grave es que el sistema está respondiendo con sus pulsiones depredadoras más íntimas extendiendo e incrementando la estafa. De esa manera, los bancos compran deuda, mientras reducen el crédito, el Banco Central compra deuda. El sistema galopa por el deudalismo, mientras consume el tejido productivo privado, llevándolo a la ruina, con la sencilla consecuencia de que van cayendo contribuyentes, los únicos capaces de mantener el tinglado.
La solución es el capitalismo. La solución es la libertad. La solución es menos Estado y más sociedad civil, pero hay dos tendencias tremendas y terribles para evitar entrar en la vía de las soluciones: las tramas de intereses creados generadas y la adoración al Estado en el que han sido educadas varias generaciones y que ha matado el estímulo y ha corrompido las mentes, las ha estatalizado.
Hacia donde se mire, las sociedades, bajo la trampa estatista, han evolucionado mal, pero las gentes –como esos ignorantes del nuevo socialismo emocional del 15-M- claman porque los estados en quiebra sigan funcionando. No hay nada gratis, como han engañado durante décadas los políticos. Ninguna sociedad es viable sin pocos políticos, bajos impuestos, e incentivando el trabajo, el riesgo, el esfuerzo, la iniciativa y la libre empresa.
La estafa sigue. Y cada día es como el amanecer de una guerra económica, en la que los ciudadanos aparecen atenazados e indefensos. Toda una civilización se tambalea sin resortes morales porque hace décadas abandonó la pasión por la libertad y se sumió en la sucia trampa de la adoración al Estado.
Enrique de Diego