Enrique de Diego declara que los indignados se parecen a los Orcos de Tolkien

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El periodista y ensayista Enrique de Diego ha levantado una gran polémica con su controvertida comparación de los 'indignados' del movimiento 15-M, a los que ha asemejado a los "orcos de Tolkien", en referencia a los personajes de la saga 'El señor de los anillos'.

En una entrevista concedida a La Gaceta, De Diego ha apuntado que este movimiento social "perjudica seriamente a la izquierda", realizando la anteriormente citada comparación por considerar que su imagen es "estéticamente degradada y con propuestas confusas".
"Es el aullido de la bestia de una especie de pseudorreligión de adoración al Estado que se ha predicado en los colegios, a través de medios subvencionados, y que pide que nada cambie", considera.
De Diego continúa con sus reflexiones afirmando que el 15-M "es una nueva mutación del socialismo hacia una emotividad basada en el odio, en el resentimiento social, y en la idea de que hay que reforzar un Estado que ha quebrado, cuando hay que ir hacia la sociedad civil y la dignidad de la persona".

En lo relativo al efecto electoral de estas protestas, el periodista asegura que "están calcinando a sus propias referencias, a IU y al socialismo, dando la peor imagen, haciendo ver todo el mal que aleteaba en este socialismo que nos ha llevado a la ruina y a la miseria, que ha destruido el tejido social y productivo y a la nación".

La obligación del PP y la incógnita de Rajoy

De Diego prosigue con su análisis afirmando que "para el PP, va a plantear un conflicto en la calle, un intento de agresión al Estado de Derecho", y que este partido "va a tener que actuar con firmeza y fortaleza".
No obstante, el segoviano tiene dudas acerca de que este partido consiga dar el paso necesario. "Rajoy es una incógnita, no ha sido un hombre fuerte y se ha caracterizado por ser un político de escasa competencia". "En inmigración y educación no hizo nada siendo ministro", añade.

De Diego también se 'moja' en lo relativo a los plazos para la salida de la crisis, mostrándose pesimista. "Si no se adoptan medidas, puede haber un hambre generalizada. Si se adoptan, si los políticos tienen coraje para cerrar las autonomías, establecer el equilibrio presupuestario, bajarse todos de los coches oficiales, que los partidos se financien de sus afiliados, se vendan edificios públicos y se reduzca el funcionariado, la reactivación sería inmediata", concluye.