Ser Cristiano esta de moda

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En esta sociedad de modas, tribus urbanas, idolatría de la imagen, una verdadera revolución ha ocurrido en nuestras calles.

Un mensaje que a nadie ha sorprendido a pesar del interrogante que antes de la llegada del Santo Padre, el jueves 18 de agosto, todos teníamos “qué va a decir”.
Dos mil años nos contemplan a esta tierra, piel de toro, que guarda en sus entrañas los restos del Apóstol Santiago y la milagrosa aparición de la Madre de Cristo en un pilar allá por la Zaragoza de tiempos romanos. Y el mismo mensaje, eterno y atemporal: “busca a Cristo, abre tu corazón al Señor, al Padre al Amigo por excelencia. No tengas miedo, fortalécete en la Fe. Da testimonio del cambio que significa en tu vida seguir a Cristo. Ten caridad. Consuela al enfermo y al necesitado (hay tantas clases de “necesitados”, tan diversas dolencias). Sigue los simples mandamientos de amar y hacer el bien a tus semejantes; y proteger la vida desde la concepción hasta la muerte, como el regalo generoso que es…”
Por encima de cualquier poder temporal, y sin embargo tan al día.

La imagen de estos jóvenes cristianos con sus pantalones cortos y sus camisetas de tirantes, en un millón de almas, en respetuoso silencio la noche del sábado, y en la algarabía de alegre comunión en las calles; y el protocolario vestuario del clero, compartiendo todos los espacios con esa espontánea emoción y devoción. Que Dios anda entre los pucheros también. Dicen que la Iglesia ha de renovarse, lo dicen quienes no entienden el trasfondo de la sencillez de un Papa riendo ante la aventura de viento y lluvia que quiso vivir con sus niños, los jóvenes de Cristo, los que aún no han tomado las grandes decisiones que marcarán su vida; él que como un abuelito más, daba cariñoso las buenas noches. No, la iglesia es siempre nueva porque cada día alguien, entra a formar parte de ella o bien en algún lugar del mundo es bautizado en el nombre de Cristo. Los que hemos de renovarnos en la Fe una y otra vez, somos nosotros.

Son cientos de imágenes las que estos días nos han dejado, y todas nos resultan un regalo.
Que se pongan de moda los valores que nunca pasan. Que cada uno enfrentemos el reto de la vida, y en especial los españoles, con la fuerza de la razón para cambiar este sistema que ha olvidado el principio de la libertad, que ha extraviado el camino de la verdad y que ha dejado en la cuneta a quienes solo saben de trabajo y sacar adelante a sus familias.

¡Que ser cristiano se ponga de moda!

Y ahora a trabajar por la regeneración de esta Nación.
Carmen Klecker