lunes, 19 de noviembre de 2012

La abstención es la puerta para cerrar las autonomías






Carmen Klecker

Hartos de mentiras y componendas. Toda la deuda y la ruina de España está provocada por el invento de Juan Carlos el Borbón cazador y la camarilla que asaltó el poder en 1978. La división de España era el pacto. El miedo a que al final de un régimen supusiera la desesperación de lo peor que se había instalado en los últimos años en espera de la muerte de Franco, fue lo que motivo el invento llamado “transición”, que solo supuso el tránsito de los aprovechados, de los que  precisamente estaba en esas poltronas y se pasaron a unas nuevas. Poca gente honrada quedó y fue defenestrada, y no se trata de cantar las excelencias de un régimen dictatorial que sin embargo resultaba más barato que esta dictadura impuesta en la mentira de las urnas cerradas a toda participación democrática.
Puestas las bases para que el estúpido pueblo español les mantuviéramos hasta la tumba, se organizó el estado en lo que cada miembro de una casta tuviera en gana presentar. Todas las competencias transferidas del estado central han servido para reforzar a cada uno de los reyezuelos sin alma, sin escrúpulos, que ni uno se libra, de las autoproclamadas autonomías, porque descentralizar el Estado, no es repartírselo y hacer uno a gusto de cada político que ha tomado el servicio al público como profesión.
Ahora las catalanas. Un parlamento –tenemos 17, mas el central, más el senado- en el que España ha desaparecido y se han hecho con la voz de la gente una suerte de miserables que en nada están pensando más que en lucrarse del servicio al público. Cada voto que depositamos legitima lo que ya existe, no cambiará nada, nada se hará por la gente. Así que para cerrar la mentira y expolio y la estupidez del separatismo que representan las autonomías, todas, solo cabe cerrarlas, solo cabe ejercer el mínimo derecho libre posible que nos han dejado: Abstenerse, porque abstenerse es decirles que su sistema no nos interesa, que el hambre no nos gusta, y que ser esclavos a subvención nos espanta.
Os recomiendo la lectura del libro “Historia clara de la España reciente” de Ed. Rambla, perfecto análisis de los últimos 70 años de nuestra doliente Nación.
Carmen Klecker

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