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La economía española continúa recorriendo el túnel del tiempo. Lo malo es que lo hace desandando lo andado. Es decir, retrocede en vez de avanzar en términos de convergencia con los países más ricos de Europa. Las dos legislaturas en las que Zapatero ha estado en el poder no han servido para nada. Los datos que acaba de publicar Eurostat indican que el PIB per cápita en 2010 ha vuelto a registros de 2004. O lo que es lo mismo, ha retrocedido a los niveles existentes el año que cambió el Gobierno.
Las cifras de la oficina estadística reflejan, en concreto, que la renta por habitante en términos de paridad de compra se situó el año pasado en el 101% de la media de la UE a 27 (igual a 100). Por debajo del 103% de 2009.
Se consolida, de esta manera, una tendencia descendente que se manifiesta desde 2006 y 2007, cuando el PIB per cápita alcanzó un máximo histórico equivalente al 105% de la media de la UE. Desde entonces, todo han sido caídas tras las fuertes subidas de los años anteriores. Eran los tiempos en que el presidente Zapatero se jactaba de que España podría alcanzar a Francia y más tarde a Alemania. Pero lo cierto es que en el caso francés la distancia se ha ensanchado. De tres a seis puntos. Mientras que en el caso alemán la diferencia ha crecido de forma considerable. Cuando Zapatero dijo esas palabras, el PIB per cápita de Alemania era 11 puntos superior al español, y hoy la distancia se sitúa en 18 puntos porcentuales (119% frente al 101%).
La causa de este declive de la renta de España tiene que ver con el menor aumento de la economía derivado de la baja productividad y de la pérdida de empleo, pero también con el aumento de la población, que continúa creciendo
de forma relevante pese a que el estallido de la crisis ha expulsado a un número indeterminado de inmigrantes. Los datos que ayer mismo publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que la población española creció un 2,4% el año 2009, el doble que en la media de la UE. En Alemania, por el contrario, el número de habitantes decreció un 2,3%.
Eurostat ofrece las cifras en términos de poder adquisitivo, lo que facilita las comparaciones al eliminar el efecto de los precios. Y según esos datos, la renta per cápita de los españoles se sitúa todavía siete puntos por debajo de la media de los países de la zona del euro, donde se concentran los ciudadanos de mayor renta relativa.
Frenazo en seco de la convergencia
Lo relevante, en todo caso, es que se ha frenado en seco el proceso de convergencia en términos de poder adquisitivo por habitante con Europa, un recorrido que se inició a mediados de los años 80 tras la adhesión de España a la antigua Comunidad Económica Europea (CEE). Desde entonces, todo habían sido alegrías, y eso explica que si en 1995 el pib per cápita se situaba en el 92% de la media de la UE a 27, quince años después de alcanzara un récord histórico del 105% del que ahora se aleja España a consecuencia de la crisis económica.
La renta relativa de los españoles se sitúa en estos momentos en el puesto duodécimo de la Unión Europea, pero con Italia (100%) pisando los talones. El caso italiano, con todo, no es ningún referente –todo lo contrario- teniendo en cuenta que en 1999 alcanza un PIB per cápita del 120%, pero hoy apenas llega a la media de la UE (100), lo que retrata de forma nítida los efectos de una crisis prolongada. Sin duda, el mayor riesgo de la economía española en las actuales circunstancias. Sin crecimiento y con una población que continúa aumentando, el PIB per cápita seguirá deteriorándose.
De hecho, eso es probablemente lo que pase este año 2011, en el que la economía española crecerá prácticamente la mitad que en la media de la Unión
Europea. Es incluso probable que el PIB per cápita vuelva a situarse ya por debajo de la media de la UE, un hecho inédito desde el año 200
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