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El Parlamento ha rendido tributo este lunes a las víctimas del terrorismo en un acto celebrado en el Congreso al que se han negado a acudir buena parte de las principales asociaciones en protesta por la actitud de los políticos, a quienes reprochan haber vetado su intervención en el homenaje y a los que consideran responsables de haber "permitido" a Bildu entrar en las instituciones del País Vasco y Navarra.
La Cámara Baja ha acogido por segundo año una sesión plenaria de homenaje a las víctimas del terrorismo coincidiendo con el aniversario del asesinato en 1960 de la bebé Begoña Urroz, considerada la primera víctima mortal de ETA.
En esta segunda edición, la mayoría de asociaciones y colectivos han declinado participar en el homenaje para mostrar su desacuerdo con la organización del evento al considerar que los políticos únicamente buscaban "un lavado de cara".
Estos colectivos habían propuesto que en el acto pudiera hablar en su nombre la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, pero el Congreso denegó dicha intervención, decisión de la que responsabilizan al presidente de la Cámara, José Bono. En ese contexto, rechazaron hacerse "una foto" con los políticos cuando, hace tan sólo un mes, permitieron a Bildu, partido al que consideran "sucesor" de ETA y Batasuna, concurrir a las elecciones municipales y obtener representación institucional.
MAS AUSENCIAS QUE PRESENCIAS
Las asociaciones que anunciaron su intención de no formar parte de este homenaje son la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Dignidad y Justicia, la Fundación Gregorio Ordóñez, la asociación de víctimas de las fuerzas y cuerpos de seguridad, Covite, las asociaciones murciana y gallega y Voces contra el Terrorismo, liderada por Francisco José Alcaraz.
Tampoco se ha presentado la Asociación Ayuda a las Víctimas del 11-M, aunque en este caso su decisión de dar plantón a los diputados está relacionada con el curso de la investigación de los atentados perpetrados en Madrid en 2004 porque considera que su reivindicación de conocer "la verdad" de lo ocurrido no ha sido escuchada por los políticos.
A su vez, la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) decidió acercarse este lunes al Congreso pero sólo para dejar patente su protesta. "Bono, que como siempre es muy suyo, y lo único que quiere es la foto y salir en los medios, no nos da la palabra y así la asociación catalana no va a entrar en el Congreso", enfatizó José Vargas, presidente de la asociación.
Frente a esta postura, hay otras asociaciones que sí han asistido al acto del Congreso como las organizaciones canaria o andaluza, aunque en este caso hay división interna porque Daniel Portero, que además de presidir Dignidad y Justicia es miembro de la asociación andaluza de víctimas, se descolgó reiterando su rechazo al homenaje.
Además de la presidenta de loa Fundación, Maite Pagazaurtundua, en las tribunas del Congreso se pudo ver a miembros de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo. Su presidenta, Pilar Manjón, considera "obligada" su asistencia incluso aun cuando el 11 de marzo no se organizara ningún acto conjunto, pero sí reveló que desde el Congreso se le negaron invitaciones al acto de este martes para dejar patentes los huecos de las asociaciones que no han querido sumarse al homenaje.
EL TC QUE ABRIÓ LA PUERTA A BILDU, EN EL HOMENAJE
Las víctimas compartían las tribunas con autoridades civiles y militares, como el presidente del Tribunal Constitucional que permitió a Bildu presentarse a las elecciones, Pascual Sala, y el del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Supremo, Carlos Dívar. A la cita acudieron además la Defensora del Pueblo, María Luisa cava de Llano, y representantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía y la Guardia Civil, encabezados por su director, Francisco Javier Velázquez.
En el hemiciclo se pudo ver a los miembros del Gobierno, encabezados por su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y su vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, así como a líderes de todos los partidos de la oposición, incluyendo al presidente del PP, Mariano Rajoy.
Entre la representación territorial destacó la presencia de la nueva presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, y de la número dos del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, así como tres representantes del Gobierno vasco encabezados por Rodolfo Ares, consejero de Interior.
"Es muy importante que podamos hacer un reconocimiento a todas las víctimas del terrorismo y adquirir un compromiso en nombre del Gobierno vasco de seguir trabajando en todos los frentes, con todos los instrumentos del Estado de Derecho para acabar lo antes posible con el terrorismo y consolidar la paz y la libertad, un objetivo que es el mejor homenaje que podemos hacer a las victimas", declaró Ares a los periodistas.
El acto comenzó poco después de las siete de la tarde con la interpretación del himno nacional y, tras breves discursos de los presidentes del Congreso y del Senado, concluyó con un minuto de silencio y con la interpretación de una pieza musical, el segundo movimiento (Largo), del concierto para oboe y cuerda en Si bemol mayor de Carl Philipp Emanuel Bach.
Al término del acto solemne en el Hemiciclo, los presidentes de las altas instituciones del Estado saludaron a los representantes de las víctimas del terrorismo en el Vestíbulo de la Reina Isabel II y, por último, todos los asistentes mantuvieron un encuentro en el Salón de Pasos Perdidos.
BONO HIZO CAMBIOS EN EL DISCURSO
En una conversación informal con periodistas, Pagazaurtundua rehusó ahondar en la polémica que ha rodeado este evento, alegando que la Fundación Víctimas del Terrorismo respeta las decisiones de todas las asociaciones, tanto las que se han sumado al acto como las que no. Eso sí, admitió que la celebración de este tipo de homenajes cuando aún siguen vivas ciertas manifestaciones terrorista genera "contradicciones".
Por su parte, Bono departió durante unos minutos en el Salón de Pasos Perdidos con representantes de las víctimas a los que confesó, según explicaron a Europa Press, que había modificado algunas frases del discurso que había preparado para no levantar susceptibilidades tras la protesta de algunos colectivos.
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