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Durante demasiado tiempo ha funcionado una mitología alrededor de Rubalcaba como un personaje, ciertamente, maléfico pero también de suma inteligencia, sin escrúpulos pero brillante; una especie de discípulo aventajado de Maquiavelo.
Nunca he participado de esa fascinación –aunque sea del mal a lo Flaubert-, sino que siempre me ha parecido un personaje mediocre y gris, un político profesional nacido, crecido y alimentado en un medio ambiente corrompido, sin independencia del Poder Judicial y con los medios de comunicación controlados por el poder político.
Me parece que la mitología se está viniendo abajo a la carrera, incluso en cierto clima de patetismo. Cuando Rubalcaba iniciaba un esotérico giro a la izquierda, intensificando propuestas del tipo de las que nos han llevado al desastre, viene Merkel con las rebajas y nos encontramos a un Rubalcaba defendiendo que endeudarse no es de izquierdas, como si se hubiera convertido al neoliberalismo. Ha mimado a los indignados irracionales del 15-M y ahora le dan la espalda. En su partido, casi todo el mundo está pensando abandonar un barco que se hunde. Mientras Rubalcaba es incapaz de generar una idea nueva y desarrolla una campaña estrambótica que recuerda, en el formato, el Club de la Comedia.
Rubalcaba será el enterrador del PSOE.
Nunca he participado de esa fascinación –aunque sea del mal a lo Flaubert-, sino que siempre me ha parecido un personaje mediocre y gris, un político profesional nacido, crecido y alimentado en un medio ambiente corrompido, sin independencia del Poder Judicial y con los medios de comunicación controlados por el poder político.
Me parece que la mitología se está viniendo abajo a la carrera, incluso en cierto clima de patetismo. Cuando Rubalcaba iniciaba un esotérico giro a la izquierda, intensificando propuestas del tipo de las que nos han llevado al desastre, viene Merkel con las rebajas y nos encontramos a un Rubalcaba defendiendo que endeudarse no es de izquierdas, como si se hubiera convertido al neoliberalismo. Ha mimado a los indignados irracionales del 15-M y ahora le dan la espalda. En su partido, casi todo el mundo está pensando abandonar un barco que se hunde. Mientras Rubalcaba es incapaz de generar una idea nueva y desarrolla una campaña estrambótica que recuerda, en el formato, el Club de la Comedia.
Rubalcaba será el enterrador del PSOE.
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