sábado, 29 de octubre de 2011

La Banca sacrificará el crédito para mantener su política de dividendos


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La peor noticia en el peor momento. Así es como puede interpretarse la decisión del Consejo Europeo de exigir a la banca española una recapitalización adicional de 26.161 millones de euros. Más otros 6.290 millones para reflejar el impacto de la depreciación de la deuda soberana.
¿Qué harán los bancos españoles ahora? La opinión mayoritaria ayer era que las entidades financieras no tienen más remedio que restringir el crédito para reequilibrar su balance. O lo que es lo mismo. La sequía de liquidez para familias y empresas lejos de entrar en vías de solución o, por lo menos, de normalización se enquista. La banca tiene un objetivo inmediato: lograr mayor equilibrio entre los recursos propios (capital y reservas) y la inversión crediticia (1,78 billones de euros).
O dicho en otros términos, de lo que se trata ahora es de continuar aumentando la ratio entre depósitos y crédito ante las dificultades para salir al mercado y colocar sus emisiones (cédulas o titulaciones). Como de hecho ya viene sucediendo desde el segundo semestre de 2007.
Según los datos de la Asociación Española de Banca (AEB), los depósitos ya cubren el 65% de los créditos, diez puntos más que al comenzar la crisis, lo que se explica no por un súbito aumento del ahorro de los agentes económicos (sólo las familias tienen excedentes), sino por la restricción del crédito. No se justifica, desde luego, por el aumento de los recursos propios, que aunque han crecido en los últimos años, lo han hecho mucho menos que la morosidad.
Desde el año 2008, de hecho, y según cifras del Banco de España, los recursos propios de la banca (235.010 millones de euros, de los cuales 76.258 millones son capital y otras dotaciones) han crecido un 28,4%; pero en el mismo tiempo la morosidad se ha disparado un 102%, lo que refleja el deterioro de los balances bancarios. Las reservas de los bancos, incluso, son hoy cerca de un 10% más bajas que las que tenían hace dos años. A ello ha contribuido, sin duda, la estrategia de las entidades financieras, que han preferido mantener su política de retribución al accionista (dividendos) al calor de unos beneficios que apenas se han resentido. La banca ganó más de 45.000 millones de euros en el último trienio, como refleja este articulo de la AEB.
La consecuencia no puede ser otra que un mayor racionamiento del crédito. Y de hecho, los últimos datos del Ministerio de Economía muestran que la financiación al sector privado cae ya a un ritmo del 3,7% en términos anuales y a precios reales, es decir, sin tener en cuenta el efecto de los precios. Se trata, con diferencia, de las peores cifras desde que existen series históricos, mucho más negativas que las que se produjeron durante la recesión de los primeros años 90.
La reactivación tendrá que esperar
En palabras de Tano Santos, profesor de Economía y Finanzas de la Universidad de Columbia, “el nuevo requisito de capital se va a traducir en una disminución del crédito y por tanto de la actividad económica”. Pero si a esto se añade que en 2012 continuará el ajuste del gasto público, “nada de esto augura una reactivación de la actividad económica para el próximo año”.
La otra opción que tiene la banca es sacrificar su política de dividendos, pero en plena duda de los mercados sobre los balances (por la valoración del crédito inmobiliario) esta opción parece, cuanto menos, arriesgada. Pero eso no significa que haya que descartarla de forma parcial.
A partir de las presentaciones y comunicaciones a la CNMV realizadas ayer por la banca, Analistas Financieros Internacionales (AFI) llega a la conclusión de que "los requerimientos se podrían cubrir modificando la política de dividendos a través del pago de acciones", no con dinero en efectivo. Es decir, dando 'papelitos', como se dice en la jerga bursátil y no transfiriendo liquidez. Igualmente, mediante generación orgánica de capital y otras estrategias, como la optimización de los APRs (activos ponderados por riesgo). En ningún caso, se asegura, se considera necesario "recurrir a ayudas públicas para hacer frente a los mayores requerimientos de capital".
La banca española distribuye entre sus accionistas alrededor del 50% de sus beneficios. Pero existe una gran dispersión entre entidades. La media es del 4,6% por acción, pero la horquilla oscila entre el 8,6% del Banco Santander y el 1,24% de Bankinter. Los cinco grandes bancos -Santander, BBVA, Bankia, la Caixa y Popular- ganaron el año pasado 14.940 millones de euros en medio de la atonía general de la actividad económica.

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