La situación es absurda y muestra las graves deficiencias de la chapuza de democracia que padecemos y la frívola irresponsabilidad de los dirigentes. En Inglaterra, el relevo en la presidencia del Gobierno se produce de inmediato, entre 24 y 48 horas, con una simple mudanza. El efecto o la consecuencia es que no hay vacío de poder y quien ha salido de las urnas puede tomar de inmediato las decisiones que correspondan.
No se puede entender, en el exterior, que habiendo ganado el PP y Rajoy las elecciones, siga Zapatero en La Moncloa y se vaya a llegar al absurdo, que no raya sino que entra de lleno en el ridículo, de que Zapatero esté en la cumbre europea del 9 de diciembre donde no pinta nada.
No se puede entender, en el exterior, que habiendo ganado el PP y Rajoy las elecciones, siga Zapatero en La Moncloa y se vaya a llegar al absurdo, que no raya sino que entra de lleno en el ridículo, de que Zapatero esté en la cumbre europea del 9 de diciembre donde no pinta nada.
Toda la estructura política parece paralizada, mientras se trata de solicitar una tranquilidad imposible, pues es notorio que cabalgamos a lomos de una etapa de extrema excepcionalidad. Zapatero y Elena Salgado no pueden ser la imagen actual de España. En estos tiempos de tormenta, un día es mucho, un mes, una eternidad. Nada impide que el relevo se haga de inmediato. En su artículo 68 la Carta Magna dice que las nuevas Cortes deberán ser convocadas en los 25 días siguientes a la celebración de los comicios. Luego, pueden convocarse desde el día siguiente. El Gobierno, en su Real Decreto de convocatoria de elecciones apuró este plazo al máximo, fijando la constitución del nuevo Congreso para el 13 de diciembre. Esa era la costumbre hasta ahora, pero ningún cambio de Gobierno se había producido en circunstancias tan excepcionales. La solución es bien sencilla: se emite un Decreto nuevo, argumentando lo obvio: la situación de excepcionalidad.
En medio de la tormenta, con el barco a la deriva, tenemos una clase política patética, incapaz de proceder al relevo inmediato del poder. Eso es necesario, es imprescindible. No hacerlo con rapidez es de una irresponsabilidad supina.
En medio de la tormenta, con el barco a la deriva, tenemos una clase política patética, incapaz de proceder al relevo inmediato del poder. Eso es necesario, es imprescindible. No hacerlo con rapidez es de una irresponsabilidad supina.
Enrique de DIego
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