J. HERNÁNDEZ
La deuda de 22 millones de euros que el Ayuntamiento de Alicante tiene con la concesionaria de la limpieza y recogida de basuras (Inusa) ha obligado a los técnicos municipales y a los de la empresa a diseñar un recorte de servicios que repercutirá en el aseo de la ciudad ya que algunos barrios dejarán de barrerse a diario y esta tarea se hará solo dos o tres veces por semanas. Este plan, que incluye una reestructuración de las rutas de limpieza actuales y variaciones en la frecuencia de las tareas, afecta a 51 servicios que se venían prestando hasta ahora, según explicó el presidente del comité de empresa de Inusa, Pedro García, entre ellos barredoras, cubas de riego o baldeadoras. "Cada vez que se quita algo, el servicio queda mermado", apuntó.
El Ayuntamiento espera ahorrarse cinco millones con esta "optimización" de recursos, como es calificada por la Concejalía de Atención Urbana, de ellos tres de forma inmediata y dos más que se habrían reducido ya porque, según la información suministrada por el comité de empresa, el tijeretazo comenzó hace varios meses. De hecho el pasado 1 de noviembre se suprimieron otros nueve servicios que prestaba la contrata. De ahí que la deuda de las arcas municipales sea ahora de 22 millones frente a los 24 de meses atrás.
Aunque Atención Urbana intentará "minimizar" el impacto sobre el servicio final a los ciudadanos, el departamento reconoce que la reestructuración afecta a distintas áreas de la limpieza viaria y de la recogida de residuos, sobre todo a los servicios de baldeo, barrido manual, mecanizado y mecánico, motocanes sí como recogida de enseres, papeleras y limpieza de los contenedores.
Según un documento al que ha tenido acceso a este diario, el recorte de presupuesto que se va a realizar con fecha 1 de diciembre, de acuerdo al informe emitido por un técnico municipal, asciende exactamente a 2.892.958 euros. Una de las partidas más afectadas es la correspondiente al barrido de calles: se reduce la frecuencia del que se hace de forma manual, por lo que serán necesarios seis operarios menos, y se prescinde del refuerzo de verano, lo que permitirá ahorrar más de 600.000 euros, y se recorta el servicio de barrido mecanizado en más de 370.000 euros al prescindirse de ocho operarios.
Esta reestructuración contempla también la supresión de la contrata de herbicida y desbroce, así como la eliminación de tres cisternas o cubas que se utilizan durante el día, lo que supondrá un ahorro de 358.516 euros. Además, se suprimen dos lavacontenedores que tienen ahora un coste de casi 400.000 euros; y se realiza un recorte en el servicio de recogida de vidrio de 126.845 euros.
También se retiran dos hidrolimpiadores que suponían un gasto de 113.00 euros, y tres barredoras, dos de ellas de aceras y una de calzada, que costaban casi 250.000 euros. Se suprime un ecopunto para ahorrar 63.387 euros, y se elimina un operario quitapintadas y tres de recogida de excrementos de animales, con lo que el Ayuntamiento se quitaría otros 150.000 euros. El gasto en formación se recorta un 50% y se anula el refuerzo de verano de los montes Benacantil y Tossal, que costaba 70.000 euros.
La pretensión del equipo de gobierno con este tijeretazo es aliviar la deuda que el Ayuntamiento tiene con la empresa de limpieza y que crece siete millones cada año por servicios extraordinarios de la contrata, que se remonta al año 2000 y que está controlada parcialmente por el empresario Enrique Ortiz. La contrata asciende a 33,5 millones anuales.
Pese a la amplia reducción de servicios, que afecta a 51 empleados, el comité de empresa ha negociado durante toda la semana con Inusa para garantizar el mantenimiento de sus puestos de trabajo así como del resto de la plantilla, formada por 550 personas. De momento vale el compromiso que la alcaldesa, Sonia Castedo, adquirió con los trabajadores hace unos meses, cuando convocaron una huelga por impago, y la plantilla fija por ahora no se tocará. "Otra cosa son los contratados, el 1 de noviembre se fueron los últimos a la calle", apuntó el presidente del comité, que precisó que esos 51 empleados serán agrupados en otros puestos, y cubrirán bajas y vacaciones, que era lo que hasta ahora correspondía a los eventuales. Esos operarios se dedicaban al barrido manual (17), conductores (9), o peones (24).
García pidió a la empresa concesionaria que se esmere a la hora de hacer la reestructuración de servicios para que se note lo menos posible en las calles.
La deuda de 22 millones de euros que el Ayuntamiento de Alicante tiene con la concesionaria de la limpieza y recogida de basuras (Inusa) ha obligado a los técnicos municipales y a los de la empresa a diseñar un recorte de servicios que repercutirá en el aseo de la ciudad ya que algunos barrios dejarán de barrerse a diario y esta tarea se hará solo dos o tres veces por semanas. Este plan, que incluye una reestructuración de las rutas de limpieza actuales y variaciones en la frecuencia de las tareas, afecta a 51 servicios que se venían prestando hasta ahora, según explicó el presidente del comité de empresa de Inusa, Pedro García, entre ellos barredoras, cubas de riego o baldeadoras. "Cada vez que se quita algo, el servicio queda mermado", apuntó.
El Ayuntamiento espera ahorrarse cinco millones con esta "optimización" de recursos, como es calificada por la Concejalía de Atención Urbana, de ellos tres de forma inmediata y dos más que se habrían reducido ya porque, según la información suministrada por el comité de empresa, el tijeretazo comenzó hace varios meses. De hecho el pasado 1 de noviembre se suprimieron otros nueve servicios que prestaba la contrata. De ahí que la deuda de las arcas municipales sea ahora de 22 millones frente a los 24 de meses atrás.
Aunque Atención Urbana intentará "minimizar" el impacto sobre el servicio final a los ciudadanos, el departamento reconoce que la reestructuración afecta a distintas áreas de la limpieza viaria y de la recogida de residuos, sobre todo a los servicios de baldeo, barrido manual, mecanizado y mecánico, motocanes sí como recogida de enseres, papeleras y limpieza de los contenedores.
Según un documento al que ha tenido acceso a este diario, el recorte de presupuesto que se va a realizar con fecha 1 de diciembre, de acuerdo al informe emitido por un técnico municipal, asciende exactamente a 2.892.958 euros. Una de las partidas más afectadas es la correspondiente al barrido de calles: se reduce la frecuencia del que se hace de forma manual, por lo que serán necesarios seis operarios menos, y se prescinde del refuerzo de verano, lo que permitirá ahorrar más de 600.000 euros, y se recorta el servicio de barrido mecanizado en más de 370.000 euros al prescindirse de ocho operarios.
Esta reestructuración contempla también la supresión de la contrata de herbicida y desbroce, así como la eliminación de tres cisternas o cubas que se utilizan durante el día, lo que supondrá un ahorro de 358.516 euros. Además, se suprimen dos lavacontenedores que tienen ahora un coste de casi 400.000 euros; y se realiza un recorte en el servicio de recogida de vidrio de 126.845 euros.
También se retiran dos hidrolimpiadores que suponían un gasto de 113.00 euros, y tres barredoras, dos de ellas de aceras y una de calzada, que costaban casi 250.000 euros. Se suprime un ecopunto para ahorrar 63.387 euros, y se elimina un operario quitapintadas y tres de recogida de excrementos de animales, con lo que el Ayuntamiento se quitaría otros 150.000 euros. El gasto en formación se recorta un 50% y se anula el refuerzo de verano de los montes Benacantil y Tossal, que costaba 70.000 euros.
La pretensión del equipo de gobierno con este tijeretazo es aliviar la deuda que el Ayuntamiento tiene con la empresa de limpieza y que crece siete millones cada año por servicios extraordinarios de la contrata, que se remonta al año 2000 y que está controlada parcialmente por el empresario Enrique Ortiz. La contrata asciende a 33,5 millones anuales.
Pese a la amplia reducción de servicios, que afecta a 51 empleados, el comité de empresa ha negociado durante toda la semana con Inusa para garantizar el mantenimiento de sus puestos de trabajo así como del resto de la plantilla, formada por 550 personas. De momento vale el compromiso que la alcaldesa, Sonia Castedo, adquirió con los trabajadores hace unos meses, cuando convocaron una huelga por impago, y la plantilla fija por ahora no se tocará. "Otra cosa son los contratados, el 1 de noviembre se fueron los últimos a la calle", apuntó el presidente del comité, que precisó que esos 51 empleados serán agrupados en otros puestos, y cubrirán bajas y vacaciones, que era lo que hasta ahora correspondía a los eventuales. Esos operarios se dedicaban al barrido manual (17), conductores (9), o peones (24).
García pidió a la empresa concesionaria que se esmere a la hora de hacer la reestructuración de servicios para que se note lo menos posible en las calles.
Nuevo sistema de trabajo
Fuentes de la Concejalía de Atención Urbana destacaron ayer que los técnicos "se han roto la cabeza para poder ahorrar dinero en limpieza, con un coste cero de empleo entre los trabajadores de la contrata. No es fácil ahorrar sin despedir". El departamento, añadieron las fuentes, lleva esta misma línea con el uso del agua y la electricidad.
El concejal, Andrés Llorens, habló de "optimización de recursos" ya que, añadió, "en los momentos actuales es obligado utilizar la imaginación para lograr la máxima eficacia en el trabajo, hacer lo mismo con menos, garantizar el empleo y mantener los estándares de calidad del servicio".
Llorens pide a los ciudadanos que colaboren activamente en mantener la ciudad lo más limpia posible, cumpliendo la ordenanza municipal.
Fuentes de la Concejalía de Atención Urbana destacaron ayer que los técnicos "se han roto la cabeza para poder ahorrar dinero en limpieza, con un coste cero de empleo entre los trabajadores de la contrata. No es fácil ahorrar sin despedir". El departamento, añadieron las fuentes, lleva esta misma línea con el uso del agua y la electricidad.
El concejal, Andrés Llorens, habló de "optimización de recursos" ya que, añadió, "en los momentos actuales es obligado utilizar la imaginación para lograr la máxima eficacia en el trabajo, hacer lo mismo con menos, garantizar el empleo y mantener los estándares de calidad del servicio".
Llorens pide a los ciudadanos que colaboren activamente en mantener la ciudad lo más limpia posible, cumpliendo la ordenanza municipal.
Moreno dice que dañará la imagen de la ciudad
El grupo socialista en el Ayuntamiento cree que el plan de reestructuración del servicio de limpieza repercutirá negativamente en la imagen de la ciudad. "Con la reducción del barrido de los barrios a tres días, alternos, esperan que la suciedad no sea percibida por los ciudadanos. Pero sí se notará porque el barrido manual incluye el vaciado de papeleras y eso se hará también con menos frecuencia", explicó el concejal Gabriel Moreno. El PSOE, que pidió una auditoría de Inusa que fue rechazada por el pleno, cree que la deuda del Ayuntamiento con la empresa es el doble de lo que se dice, es decir, de 50 millones. J.H.
El grupo socialista en el Ayuntamiento cree que el plan de reestructuración del servicio de limpieza repercutirá negativamente en la imagen de la ciudad. "Con la reducción del barrido de los barrios a tres días, alternos, esperan que la suciedad no sea percibida por los ciudadanos. Pero sí se notará porque el barrido manual incluye el vaciado de papeleras y eso se hará también con menos frecuencia", explicó el concejal Gabriel Moreno. El PSOE, que pidió una auditoría de Inusa que fue rechazada por el pleno, cree que la deuda del Ayuntamiento con la empresa es el doble de lo que se dice, es decir, de 50 millones. J.H.
No hay comentarios:
Publicar un comentario