El 23 de Noviembre de 2008, me acerqué a la Plaza de Colón de Madrid.
La Plataforma de las Clases Medias, que se había constituido el año anterior, se atrevía a plantar cara al sistema contra el abuso de poder que unas semanas antes los miembros de la casta parasitaría habían perpetrado, decidir y el congreso de los diputados estuvo a favor, inyectar en la banca fondos públicos.
El discurso de Enrique de Diego, presidente de la plataforma, fue claro, contundente y aún mucho más valiente que en sus programas de radio “A Fondo” y “El país de las maravillas”, que me habían llevado a salir de casa y sumarme a esta convocatoria.
Me sentí tan representada y el unánime grito de “Con mi dinero NO”, que es lema desde entonces, me hizo entender los por qués de tantas cuestiones que ya me habían enfrentado a sentirme que este sistema estaba en contra mía, de los míos, de los españoles de esa gran y emprendedora clase media trabajadora. Los políticos y toda la casta que ha crecido a su amparo, nos estaban utilizando hasta la exterminación. Y fue allí en esa plaza donde decidí saludar a los miembros de la plataforma cuyas voces oía en la radio, poniéndoles cara por primera vez.
Hoy 25 de noviembre de 2011, siento que todavía tengamos que estar explicando aquello que tan claro y rotundo sonó esa mañana. Y por primera vez viví el silencio de los medios, ya que esa plaza abarrotada no era digna de noticia en los medios.
Nuestros compatriotas, llevados al suicidio de manera sorprendentemente convencida, todavía siguen sin despertar. La crisis se sigue viviendo como algo sobrevenido, como una desgracia que nos ha llegado, y no es así. Se viene fabricando larvadamente desde el minuto uno de la transición. Se repartieron toda España y multiplicaron las instituciones hasta engullirnos con ellas.
Por eso sin miedo a la verdad y como servicio a todos vosotros, continuo aquí cada día, porque ser líder de uno mismo, no es más que asumir la cuota parte de responsabilidad en la que la historia nos ha puesto, porque no vamos a dejar que nadie que lo desee caiga.
Amamos a España y esta gran Nación está hecha de todos los que de la mejor manera posible la sirvieron. Desde las abnegadas madres de todos los siglos, pasando por las innumerables formas de trabajar, en el campo, en la mar, en el comercio, en las escuelas, en la construcción de ciudades, en la entrega a los demás, en la protección de las gentes… Somos herederos de atalayeros y centinelas y señores que anteponían su vida por la de los nuestros.
Pero este sistema hoy no se sostiene porque esos señores y centinelas actuales han olvidado a quien se deben, y que el deber es una honra que te lleva vestido a la tumba, que te deja dormir en paz, que te permite salir a la calle con la cabeza alta.
Somos uno de vosotros, tu vecino, tu compañero de trabajo, tu cliente, tu proveedor.
La libertad es una meta que va en nuestro ADN.
Hoy, tenemos que decir con valentía que exigimos de quienes nos van a gobernar lo mejor, y lo mejor es todo aquello que se niegan a permitirnos.
La Plataforma de las Clases Medias, que se había constituido el año anterior, se atrevía a plantar cara al sistema contra el abuso de poder que unas semanas antes los miembros de la casta parasitaría habían perpetrado, decidir y el congreso de los diputados estuvo a favor, inyectar en la banca fondos públicos.
El discurso de Enrique de Diego, presidente de la plataforma, fue claro, contundente y aún mucho más valiente que en sus programas de radio “A Fondo” y “El país de las maravillas”, que me habían llevado a salir de casa y sumarme a esta convocatoria.
Me sentí tan representada y el unánime grito de “Con mi dinero NO”, que es lema desde entonces, me hizo entender los por qués de tantas cuestiones que ya me habían enfrentado a sentirme que este sistema estaba en contra mía, de los míos, de los españoles de esa gran y emprendedora clase media trabajadora. Los políticos y toda la casta que ha crecido a su amparo, nos estaban utilizando hasta la exterminación. Y fue allí en esa plaza donde decidí saludar a los miembros de la plataforma cuyas voces oía en la radio, poniéndoles cara por primera vez.
Hoy 25 de noviembre de 2011, siento que todavía tengamos que estar explicando aquello que tan claro y rotundo sonó esa mañana. Y por primera vez viví el silencio de los medios, ya que esa plaza abarrotada no era digna de noticia en los medios.
Nuestros compatriotas, llevados al suicidio de manera sorprendentemente convencida, todavía siguen sin despertar. La crisis se sigue viviendo como algo sobrevenido, como una desgracia que nos ha llegado, y no es así. Se viene fabricando larvadamente desde el minuto uno de la transición. Se repartieron toda España y multiplicaron las instituciones hasta engullirnos con ellas.
Por eso sin miedo a la verdad y como servicio a todos vosotros, continuo aquí cada día, porque ser líder de uno mismo, no es más que asumir la cuota parte de responsabilidad en la que la historia nos ha puesto, porque no vamos a dejar que nadie que lo desee caiga.
Amamos a España y esta gran Nación está hecha de todos los que de la mejor manera posible la sirvieron. Desde las abnegadas madres de todos los siglos, pasando por las innumerables formas de trabajar, en el campo, en la mar, en el comercio, en las escuelas, en la construcción de ciudades, en la entrega a los demás, en la protección de las gentes… Somos herederos de atalayeros y centinelas y señores que anteponían su vida por la de los nuestros.
Pero este sistema hoy no se sostiene porque esos señores y centinelas actuales han olvidado a quien se deben, y que el deber es una honra que te lleva vestido a la tumba, que te deja dormir en paz, que te permite salir a la calle con la cabeza alta.
Somos uno de vosotros, tu vecino, tu compañero de trabajo, tu cliente, tu proveedor.
La libertad es una meta que va en nuestro ADN.
Hoy, tenemos que decir con valentía que exigimos de quienes nos van a gobernar lo mejor, y lo mejor es todo aquello que se niegan a permitirnos.
No queremos autonomías porque está claro que han promovido las mayores diferencias sociales, y económicas que esta nación ha conocido. No queremos morir a la puerta de un hospital hablando en catalán, o que las farmacias en Toledo, en Alicante cierren para poder sostener el sueldo de reyezuelos de comarca. No precisamos Ikastolas, que los niños de Vascongadas y Navarra saben hablar muy bien castellano ya que son españoles. No nos importa lo más mínimo que el Presidente del gobierno viva en un palacio para darnos una apariencia lujosa, cuando es por esta razón que tenemos que ir a comer a Cáritas. Madrid no precisa de un gobierno paralelo en la Asamblea. La luz y el agua no deben ser un beneficio del Estado. La familia real carece ya de autoridad moral para representarnos, si es que alguna vez la tuvieron. Hemos abierto los ojos y hemos dicho que con nuestro dinero ¡NO!, a tanta opereta de representantes. Queremos un cambio de Ley electoral, y llevar a los tribunales a quienes en el ejercicio de su función han usado y abusado de ella en contra de quienes les pagamos el sueldo. Los sindicatos, UGT y CCOO son empresas de parásitos que hacen décadas se han olvidado de los trabajadores. Los bancos a dictado del gobierno, condonan deudas a los partidos políticos mientras el contribuyente que le paga el sueldo, ha de declararse insolvente cuando una entidad bancaria no le renegocia un crédito personal. Los altos tribunales, garantes del estado de derecho, deciden, porque el partido que allí les ha colocado así les dicta, que la libertad vale mil muertos y que se paga esa prenda. Precisamos con urgencia libertad de enseñanza, para que las mentiras incrustadas en las cabezas de varias generaciones, dejen de darse en las siguientes. Abogamos por el cierre de la guerra civil del 36, porque a los muertos hay que dejarlos dormir en paz. Exigimos medios de comunicación sin ataduras del politicastro de turno concesionario administrativo de los mismos. Y desde luego que una ley contra los privilegios abusivos frene las cuantiosas jubilaciones e indemnizaciones de quienes dejan su cargo político.
Las verdades sencillas, molestan pero os aseguramos que vamos a seguir molestando todo lo que podamos.
Las verdades sencillas, molestan pero os aseguramos que vamos a seguir molestando todo lo que podamos.
Hoy más que nunca
Fuerza y Honor
Con dignidad:
¡Viva España!
Carmen Klecker
Delegada de la plataforma de las clases medias, Madrid
Fuerza y Honor
Con dignidad:
¡Viva España!
Carmen Klecker
Delegada de la plataforma de las clases medias, Madrid
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