domingo, 6 de noviembre de 2011

Enrique de Diego declara en su nuevo libro que RTVE y las televisiones y radios autonómicas son agresivos agujeros negros


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Reproducimos un adelanto del libro "Para salvar a España, carta a Rajoy" (Editorial Rambla), del periodista Enrique de Diego, que sale a la venta esta semana. El texto corresponde al capítulo "Las autonomías son insostenibles":
Usted, señor Rajoy, no puede producir milagros como pretende. No existe la opción de gestionar bien lo que es imposible de sostener. Las autonomías son insostenibles. No es cuestión de poner un techo de gasto o de disciplinarlas económicamente, porque, insisto, son insostenibles. La economía impone una estricta racionalidad que no puede ser combatida con retórica, buenas intenciones, ni con hipotéticos eficaces gestores.
Las autonomías son insostenibles gobernadas por cualquier partido. Los nefastos socialistas las han gestionado pésimamente, como en ellos es instinto, pero ustedes, los del PP, también muy mal. Usted, señor Rajoy, conoce los datos de la Comunidad Valenciana. Usted sabe que los de su partido han hundido la Caja de Ahorros del Mediterráneo mediante un impresionante saqueo, dedicándola a la corrupción en gran escala, al enriquecimiento de sus venales gestores y a la financiación mafiosa de los escandalosos dispendios del gobierno autonómico.
No es cuestión de reducir las consejerías, los ministerillos regionales, de trece a diez, como han hecho ustedes, sino de despedir también a esos diez, a los que no podemos mantener y que causan paro, ruina y hambre. Las autonomías son dispendio.
Las autonomías son, en términos políticos y económicos, una locura, ideada por los incompetentes y dementes que pusieron en marcha ese proceso de demolición de la sociedad y la nación que se conoce como transición y que ha sido objeto de un estúpido culto cortesano y de la profusa difusión ensalzadora, siempre a cargo del contribuyente.
Ninguna economía, ninguna sociedad pueden sostener, ni tan siquiera sobrevivir, con diecisiete gobiernos, más el nacional, más cuarenta y siete de las Diputaciones; ninguna economía, ninguna sociedad puede sostener, ni tan siquiera sobrevivir, con diecisiete cámaras regionales y dos nacionales, más las de las diputaciones que también están parlamentarizadas.
Se lo voy a decir muy claro, señor Rajoy, no es cuestión de despilfarro, es que las autonomías son despilfarro en sí; no es cuestión de gestión, porque las autonomías no se pueden gestionar, sólo se pueden cerrar. Y si usted no lo hace, señor Rajoy, el sistema entrará en colapso, tras unos meses de aparente euforia, y sectores crecientes de la población irán yendo a la indigencia y al hambre. Sí, al hambre, que ya están atestados los comedores de Cáritas. Usted, señor Rajoy, debe reflexionar sobre su grave responsabilidad.
Ninguna economía, ninguna sociedad puede mantener, y aún sobrevivir, manteniendo RTVE y más de treinta televisiones regionales y otras tantas radios, que son agresivos agujeros negros. Sólo Canal 9, gestionado pésimamente por su partido, tiene 1.350 trabajadores, más que Antena 3 y Tele 5 juntas, porque usted sabe, señor Rajoy, que los de su partido ahí han colocado a sus correligionarios, familiares y amigos.
No sólo hay facturas en los cajones en Castilla-La Mancha, también las hay en la Comunidad Valenciana, que también está literalmente quebrada. ¡No hay economía ni sociedad que pueda sostener, ni aún sobrevivir, a casi setenta boletines oficiales como hay en España! Se lo voy a decir de nuevo claro: su partido, el PP, es el problema, como el PSOE; las autonomías son el problema, son insostenibles, las gobierne quien las gobierne.
Usted, señor Rajoy, no puede hacer milagros. No es cuestión de duplicidades, que también, incluso de multiplicidades, porque las autonomías son en sí mismas una demencial duplicidad. ¡Gobierne quien las gobierne, señor Rajoy! Por supuesto que un problema añadido es que existen dieciocho legislaciones, la estatal y cada una de las regionales.
Por supuesto que las empresas españolas se las ven y se las desean, pierden tiempo y dinero, porque han retornado las fronteras medievales y cuando se pasa de una región a otra cambian las normas y los requisitos y las tasas. Hemos pasado, por ejemplo, de una licencia de caza nacional a diecisiete autonómicas. Se ha incrementado de manera demencial el papeleo y con él, la burocracia. En muchas regiones, además, se precisan traductores, como sucede en el Senado, para oprobio y vergüenza nacionales.
Es todo tan demencial, perpetrado por dementes, que usted, señor Rajoy, que se tiene por un hombre sensato, y lo parece, debe cerrar, sin perdida de tiempo, las autonomías. O cerrar las autonomías o el hambre generalizada. Ese es el dilema. Ese es su dilema. Esa es su responsabilidad histórica.
Puesto que usted se tiene por un hombre sensato encontrará un ejemplo de sensatez como han actuado en Texas, de manera harto diferente a como se ha hecho en nuestra querida y doliente Patria. Texas fue independiente de 1836, cuando se liberó de México, a 1845, cuando fue admitido como Estado en la Unión.
Su Parlamento tiene competencias federales, incluso capacidad para revocar aquella decisión. Los tejanos han establecido por Ley que ese Parlamento sólo se reúna dos meses al año y que los parlamentarios cobren exclusivamente dietas. De esa manera, ninguno de ellos puede dedicarse a la política a tiempo completo, ninguno puede acceder a ser político profesional. Y los tejanos lo han hecho precisamente por eso.
Otro beneficio inmediato, es que los parlamentarios tejanos legislan poco y siempre de manera que no resulten perjudicados en su vida habitual, en sus empresas, negocios y trabajos, porque no son distintos, no constituyen una casta aparte de sus conciudadanos. Gente sensata estos tejanos que decidieron establecer por Ley que el Estado de Texas no sólo no podía gastar más de lo que ingresaba, sino que debía gastar menos y dedicar un remanente tasado a un fondo de reserva para imprevistos. Tejas tiene superávit y genera empleo.
Eso es sensatez, señor Rajoy. Usted que se tiene por hombre sensato sabrá valorarlo mejor que nadie, máxime a tenor de su experiencia, usted que ha sido concejal y presidente de la Diputación de Pontevedra, diputado autonómico, vicepresidente de la Xunta de Galicia, diputado nacional y ministro, antes de acceder a la presidencia del Gobierno. Esto es, usted, señor Rajoy, que ha recorrido todo el intrincado laberinto de nuestras administraciones patrias; usted que ha hecho y ha culminado la carrera de político profesional.
No, señor Rajoy, usted no puede hacer milagros. No existen en economía. Usted no puede gestionar bien lo que está mal; usted no puede gestionar el desastre y la ruina. Usted no puede gestionar bien las autonomías y hacer que funcionen porque son el desastre y la ruina y hay que cerrarlas. Usted, señor Rajoy, debe cerrarlas. Más pronto que tarde. Cuanto antes.

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