Enrique de Diego fue despedido el lunes de Intereconomía.
La Plataforma de las Clases Medias entiende que esto es un grave atentado contra la libertad de expresión, dejando sin voz a las clases medias, indefensas frente a los abusos de la casta.
Enrique de Diego siempre ha mantenido un discurso moderado para los tiempos que corren. No se ha callado frente a la injusticia, frente al abuso de poder de quienes si cercenan la voz de los sin voz, llamándoles radicales, porque el hambre y la ruina han llenado las calles de España, y Enrique nos ha dado la dignidad que merecemos. La libertad que queremos, y la valentía que necesitamos.
Radical es servir a una casta que está hundiendo a las clases medias y trabajadoras.
Radicales son los que a costa de nuestro esfuerzo y sacrificio van en coches oficiales.
Radical es haber depredado las cajas de ahorros, arruinando a pensionistas, pequeños ahorradores, dejándoles en la indigencia, sin defensa, y el único que se atrevió a decirlo, como en el caso de la CAM, fue Enrique de Diego, y fue silenciado.
Radical es callar los privilegios de la casta parasitaria, a costa del hambre y la desesperación de quienes sostienen el sistema.
Radical es pedir dinero a los telespectadores, a los oyentes, sin defenderlos frente al manifiesto abuso de poder de los políticos profesionales.
Y lo que nos parece muy poco serio es “jocoserio”.
Enrique de Diego siempre ha mantenido un discurso moderado para los tiempos que corren. No se ha callado frente a la injusticia, frente al abuso de poder de quienes si cercenan la voz de los sin voz, llamándoles radicales, porque el hambre y la ruina han llenado las calles de España, y Enrique nos ha dado la dignidad que merecemos. La libertad que queremos, y la valentía que necesitamos.
Radical es servir a una casta que está hundiendo a las clases medias y trabajadoras.
Radicales son los que a costa de nuestro esfuerzo y sacrificio van en coches oficiales.
Radical es haber depredado las cajas de ahorros, arruinando a pensionistas, pequeños ahorradores, dejándoles en la indigencia, sin defensa, y el único que se atrevió a decirlo, como en el caso de la CAM, fue Enrique de Diego, y fue silenciado.
Radical es callar los privilegios de la casta parasitaria, a costa del hambre y la desesperación de quienes sostienen el sistema.
Radical es pedir dinero a los telespectadores, a los oyentes, sin defenderlos frente al manifiesto abuso de poder de los políticos profesionales.
Y lo que nos parece muy poco serio es “jocoserio”.
Carmen Klecker
Delegada de la PCCMM, Madrid
Delegada de la PCCMM, Madrid
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