Pedro J utiliza tácticas de manipulación más propias de la propaganda nazi que del ejercicio del periodismo en una sociedad libre
La Plataforma de las Clases Medias repudia la indigna campaña que el diario sensacionalista El Mundo ha perpetrado presentando como inocente al patente asesino Jamal Zougam, culpable del asesinato de 192 personas en la masacre de Atocha el 11 de marzo de 2004.
Al llegar a solicitar la puesta en libertad de Jamal Zougam, el diario El Mundo, y su director, Pedro José Ramírez, han superado todos los límites de la indecencia y de desprecio a cualquier norma ética.
Es preciso recordar que durante tiempo el mismo diario y su director presentaron como inocente a José Emilio Suárez Trashorras de haber vendido la dinamita de Mina Conchita, hecho que no sólo ha sido confirmado por sentencia, sino por el propio abogado de Suárez Trashorras en nombre de su defendido, en escrito remitido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Desde el propio 2004, el diario El Mundo, su director Pedro José Ramírez y su director adjunto Casimiro García Abadillo llevan realizando una campaña de mentira y manipulación sobre aquel trauma nacional, sin el más mínimo rigor, en una estrategia que recuerda mucho más a la propaganda nazi que al ejercicio del periodismo en una sociedad libre, al servicio de los ciudadanos. Una de las tácticas nazis que utiliza es la repetición de las mismas falsedades, llegando a presentar como noticias nuevas o exclusivas, estrictas patrañas publicadas reiteradamente varios años antes. Es el caso de los intentos de desprestigiar a testigos de la presencia de Zougam colocando bombas en los trenes, que ya fueron establecidas por la defensa del asesino terrorista en el juicio y de las que se hizo eco con amplitud el citado diario.
Esta línea representa un servicio objetivo al terrorismo islámico y un desarme de la sociedad respecto al peligro que representa, que se compagina con una línea proislámica tanto en su sección de internacional como en sus editoriales.
Una sociedad civilizada ha de ser fuerte a quienes pretenden manipularla y debe establecer la correspondiente censura moral a quienes pervierten el periodismo con la utilización sistemática de la mentira.
Desde el propio 2004, el diario El Mundo, su director Pedro José Ramírez y su director adjunto Casimiro García Abadillo llevan realizando una campaña de mentira y manipulación sobre aquel trauma nacional, sin el más mínimo rigor, en una estrategia que recuerda mucho más a la propaganda nazi que al ejercicio del periodismo en una sociedad libre, al servicio de los ciudadanos. Una de las tácticas nazis que utiliza es la repetición de las mismas falsedades, llegando a presentar como noticias nuevas o exclusivas, estrictas patrañas publicadas reiteradamente varios años antes. Es el caso de los intentos de desprestigiar a testigos de la presencia de Zougam colocando bombas en los trenes, que ya fueron establecidas por la defensa del asesino terrorista en el juicio y de las que se hizo eco con amplitud el citado diario.
Esta línea representa un servicio objetivo al terrorismo islámico y un desarme de la sociedad respecto al peligro que representa, que se compagina con una línea proislámica tanto en su sección de internacional como en sus editoriales.
Una sociedad civilizada ha de ser fuerte a quienes pretenden manipularla y debe establecer la correspondiente censura moral a quienes pervierten el periodismo con la utilización sistemática de la mentira.
Clases Medias
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