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Mientras los pequeños empresarios y los autónomos pagan el 30% en concepto de Impuesto de Sociedades, el cinepasta Pedro Almodóvar sólo paga el 1% en impuestos por sus ingresos, tal y como ha desvelado Guillermo Rocafort en su libro “SICAV, paraíso fiscal” (Editorial Rambla). No es justo, pero es más grave aún que parte de los ingresos de Pedro Almodóvar provienen de las cuantiosas subvenciones que se reparten entre el cine español, con lo que, por un lado, recibe dinero del contribuyente y por la otra no contribuye, de modo que es un negocio redondo...e injusto.
Pedro Almodóvar fue uno de los multimillonarios afectados por la estafa de Madoff. Su fortuna es cuantiosa. Su productora, El Deseo posee 4.300 millones de euros en activos. La trama de empresas de los Almodóvar (Pedro, 84,9%, y su hermano Agustín, 15,1) incluye El Deseo, El Deseo Vídeo, El Deseo PC, El Deseo DA, El Deseo TV y Lolailo. En 2002, sólo El Deseo obtuvo unos beneficios de 3,1 millones de euros, y sus ingresos ascendieron a 11,6 millones.
Siendo, pues, multimillonario, ¿para qué hemos de subvencionarle? Pues, sencillo: para que sea multimillonario. Las subvenciones que recibió en los años 2005 y 2006 fueron de 2,3 millones de euros para sus películas y a 1,5 millones para su ditribuidora. Y para que no tenga que hacer desembolso alguno, el Ministerio de Cultura le subvencionó con 60.500 euros para que asistiera al Festival de Cine de Cannes a fin de presentar la película ‘Volver’. Sólo por ‘Hable con ella’ recibió del contribuyente un sustancioso pico: 300.506 euros.
Pedro Almodóvar, además de al cine, se dedica al negocio inmobiliario: hace pisos a través de la sociedad inmobiliaria Dock Inversiones. E incluso los alquila, merced a El Deseo Inversiones.
Todo lo que ingresa puede blindarlo en su SICAV y pagar sólo el 1% de impuestos, algo que les gustaría a todos cuantos han de rellenar la declaración de la renta. Es uno de los personajes a los que más se escucha hablar de solidaridad y recomendarla pero, a lo que se ve, para los demás, mientras él es el más insolidario del mundo, salvo para sí mismo. Sólo contribuye con un escuálido y ridículo 1%. Porque la Ley se lo permite, claro. Una Ley, a todas luces, injusta.
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