lunes, 12 de diciembre de 2011

Rajoy no debe subir los impuestos y menos el IVA







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La democracia no es simplemente votar cada cuatro años. El Programa electoral del Partido Popular establece un compromiso. Tiene las connotaciones de un contrato. El Partido Popular y Mariano Rajoy dejaron bien claro en su programa y en la campaña que no subirían Impuestos. Eso es un compromiso que no se pueden saltar, lo diga o lo ordene Ángela Merkel.


Rajoy no debe subir impuestos por un criterio político de salud democrática y de credibilidad, pero tampoco por racionalidad económica. La contracción del consumo es uno de nuestros más graves problemas y conduce al estancamiento económico y a la recesión. Hay veces que es preciso recordar lo obvio: subir impuestos nunca significa acrecentar la recaudación. Esa medida tiene conocidos y evidentes efectos perversos. Por de pronto, lleva a la ruina a una parte de la sociedad que ha de consumir menos y eso lleva al cierre de empresas y de autónomos, con lo que disminuye el número de cotizantes. La pérdida de cotizantes es ya de hecho una sangría. Una parte de la sociedad, para subrevivir, ante el incremento de la presión fiscal pasa a la economía sumergida que, en muchas ocasiones, es estricta economía de subsistencia.
La subida más letal de los impuestos es, sin duda, la del IVA, pues penaliza el consumo y, además, castiga a todas las economías, por lo que resulta especialmente gravoso para los menos favorecidos. La subida anterior de dos puntos de IVA no representó un incremento de la recaudación sino que frenó peligrosamente el consumo, bajo la primera ficción de quienes adelantaron la subida comprando bienes antes.
Como patriota, lamento profundamente el deterioro de nuestra soberanía que ha representado el nefasto gobierno socialista de Zapatero, pero el nuevo Gobierno no puede ponerse al dictado contra unos españoles ya suficientemente esquilmados. 
Sí pueden ser precisas reformas en la fiscalidad en el terreno de los privilegios. Como explica brillantemente el profesor Guillermo Rocafort en su libro “ SICAV paraíso fiscal ", las grandes fortunas españolas sólo contribuyen con el 1%. No es ético, no es justo, no es razonable, que una pequeña empresa pague el 30% o que un trabajador sea frito con el IRPF y que Ana Rosa Quintana, Pedro Almodóvar, Mercedes Cabrera o los Polanco no contribuyan en nada a sostener el Estado.


Enrique de Diego

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