viernes, 9 de diciembre de 2011

las SICAV son las cadenas fiscales de las clases medias



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Guillermo Rocafort, profesor universitario, licenciado en Derecho y doctor en Económicas, acaba de publicar un libro altamente polémico: “SICAV, paraíso fiscal” (Editorial Rambla). Su libro es la síntesis de su tesis doctoral, con la que obtuvo la máxima nota de sobresaliente cum laude. Es, al tiempo, la primera tesis sobre las SICAV. 
¿Cree que ha habido un tabú en torno a estas instituciones de inversión?
Evidentemente que es así. Había una especie de “cordón sanitario” para dejar indemnes a las SICAV, pero ahora, con la crisis financiera que estamos viviendo el agravio fiscal que suponen es tan grave que es imposible de ocultar. Mi tesis doctoral es la primera que ha abordado el tema en España lo cual, sinceramente, me preocupa sobre manera y me entristece que en mi Patria ningún español haya abordado antes con la debida profundidad y rigor académico este espinoso asunto de tanta trascendencia para nuestro presente y futuro.

¿Considera las SICAV un estatuto de privilegio para las grandes fortunas?
Son algo más que eso. Sus SICAV son nuestras “cadenas fiscales”. Las argollas ahora revisten la forma de la confiscación fiscal que padecemos mientras ellos, los amos de las grandes fortunas, viven en su mundo fiscal insolidario rodeados de lujos inmorales. A mí me gustaría tener para mi Nación otro tipo de dirigentes financieros, gente que ame a su país y a sus compatriotas. Los que hay ahora sólo piensan mayoritariamente en llenarse sus bolsillos con el esfuerzo y el sacrificio de las clases medias.
Los accionistas de las SICAV sólo tributan el 1%. Pero si desinvierten ese porcentaje se eleva al 19%. En la práctica, ¿qué porcentaje es el que pagan?
El 1% siempre, porque nunca cobran dividendos ni venden sus acciones, hechos imponibles en forma de plusvalías que estarían gravados con el 19% o el 21%. Lo que hacen son reducciones de capital, para recuperar parte de la inversión inicial, lo que está gravado al 1%. También están capitalizando las plusvalías por la vía de incrementar el capital de sus sociedades. En definitiva, aprovechan y aprovecharán todas las vías que les permiten su armazón societario para no pagar impuestos como el resto de españoles.

Usted denuncia en su libro que si bien se exige la presencia de un mínimo de cien socios, una gran parte de las SICAV son personales o familiares, siendo el resto de socios hombres de paja (los denominados “mariachis”).
Así sucede en más de un 98% de las SICAV. Es todo una falacia. Incluso hay casos en que personas están como accionistas de paja en SICAV y lo desconocen. La falta de rigor es la nota dominante, tanto en su legislación como en su supervisión.
Usted muestra simpatía por el modelo francés, en el que legalmente se obliga a las SICAV a hacer un porcentaje de sus inversiones en la industria o la deuda francesa. ¿Es partidario de una legislación similar en España?
Absolutamente. La legislación española al respecto es patética. Adolece de una irresponsabilidad y antipatriotismo difícil de superar. Tanto el PSOE como el PP las ha promocionado y protegido, en especial el primero que podría cambiar sus siglas actuales por el de PSICAV (Partido Socialista de Capital Variable). Quiero que se financie la Economía Nacional de España, tener una Industria Nacional potente, como sucede en Francia, pero desgraciadamente las SICAV españolas financian mayoritariamente la Economía extranjera. Francia es un país mucho más serio que nosotros, pues permite los privilegios fiscales inherentes a este tipo de Sociedades de Inversión, pero obliga a sus SICAV a invertir en su propia economía, a generar trabajo entre su Pueblo, a financiar su potente industria, a comprar Deuda Pública emitida por al República de Francia. Ojalá algún día el legislador español tome note de este tipo de medidas legislativas tan necesarias para España.
¿Es cierto que la todopoderosa Agencia Tributaria no puede inspeccionar las SICAV?
Así es. La CNMV tiene, porque así lo han querido el Parlamento y los Tribunales españoles, el fuero exclusivo sobre las SICAV, pero no hace nada pues es un ente politizado y sumamente ineficaz. Que aprendan de la SEC estadounidense o de la FSA británica. La Agencia Tributaria “vampiriza” fiscalmente al común de los españoles mientras que la CNMV protege a los oligarcas. El artículo 31 de la Constitución Española habla de progresividad fiscal y de justo reparto de las cargas tributarias. Es una mentira más.
En su libro enumera algunos personajes de corte progresista, como Ana Rosa Quintana, Pedro Almodóvar, la familia Polanco o la exministra socialista Mercedes Cabrera. ¿Cree que actúan bajo una doble moral?
Más que doble moral, yo hablaría de triple moral, una especie de inmoralidad tridimensional. Nuestra “élite” cultural y mediática vive en una inmoralidad en 3D. Creo que mi tesis y libro sobre las SICAV son las mejores gafas tridimensionales para ver la película veraz sobre la catadura moral de los que descansan y disfrutan sobre nuestras angustias y esfuerzos. Claro que hay todavía mucho más por investigar y escribir sobre las SICAV pues mi libro es sólo la punta del iceberg. Creo que cuanto más se descienda sobre su realidad, más estupor e indignación se creará.
Concretamente, Ana Rosa Quintana se ha quejado, a raíz de la publicación de su libro, de que se diga que sólo paga el 1% de impuestos, cuando hace obras benéficas. ¿Qué tiene que decir al respecto?
Ana Rosa Quintana es el pasado. Es el vivo retrato en el plano mediático de lo que se esconde detrás de esta crisis financiera sin precedentes. Son el Antiguo Régimen que está en su fase agónica, aunque todavía no se han dado cuenta. Mucho más grave que su privilegio fiscal es la labor de contaminación mental que ha ejercido sobre nuestra Sociedad con su telebasura. Todo va concatenado.

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