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El texto que reproducimos a continuación es un artículo firmado por Federico Jiménez Losantos en ‘Diario 16’, el 16 de noviembre de 1983, bajo el título “EL TeleEspíritu Santo”:
“¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡El Verbo se ha hecho Antena y habitará entre nosotros! ¡Aleluya y más aleluya!. Por fin, el Papa, el papá espiritual de los católicos, el sucesor de Pedro, el polaco infalible, ha decidido acabar con la mediación lacada y cardada de Paloma Gómez Borrero, la del Espíritu Santo, a través de una emisora íntegramente vaticana. ¡Tiembla Pepe Navarro, que llega Wojtyla! Lo único que yo le pido al nuevo canal de televisión es que emitan en latín. Y que canten mucho, que canten a todas horas en gregoriano. ¡Ah!, y que salgan de uniforme, o sea, todos con faldas. Qué delicia, lectores, creyentes o descreídos, poner la tele a mediodía y que el Papa bendiga la mesa, que buen provecho. Y por la noche, mmm, en vez de ese robot con barbas que a duras penas farfulla castellano, el Santo Padre arrullándonos con lejanos latines y el Ángel de la Guarda. Se acabó el valium y el tranxilium: conciencia tranquila y a dormir divinamente. ¿Y lo que va a mejorar nuestra calidad de vida sexual? Bellísimas monjitas, apenas púberes, anunciándonos la novena, rezándonos jaculatorias perfumadas, recitando los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, a la hora de la siesta. ¡Qué placer! Y con el vídeo, vamos, con el vídeo es que va a ser, como diría Cid Cañaveral, la hostia. A la hora del dulce revolcón o del pecado solitario poner un Réquiem, un Dies Irae, un De Profundis. Aaaaaaaahhhhhh....”
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